domingo, 4 de mayo de 2008

Un presidente poco mediático

Ha fallecido Leopoldo Calvo-Sotelo (Madrid, 1926-2008), probablemente el presidente del Gobierno más desconocido de los que ha visto la reciente democracia española (porque, hay que recordarlo, el período republicano de 1931-1936 también fue democrático, aunque haya ahora cierta tendencia a olvidarlo: se habla de la Democracia, así, con mayúscula de exclusividad, como si la hubiéramos inventado en España en 1978). Fue sin duda el menos mediático de los primeros ministros españoles, aunque su investidura se vio interrumpida por la intentona golpista del 23-F. Sin embargo, aunque no podamos decir que fue el mejor, probablemente sí fue el más preparado y el de más fina inteligencia, aunque eso, claro, poco cuenta ante los exabruptos de un Aznar o la demagogia facilona de un ZP.
Merece la pena echar un vistazo a su discurso de investidura, en el que hay una serie de propuestas que todavía hoy en día, 27 años después de aquel febrero golpista, tendrían que estudiarse con sosiego.
Claro que, como dice el amigo, y sin embargo compañero, Félix Soria, satanizar es más cómodo que analizar y dudar. Por cierto, hay que echar un ojo a su post sobre el afán militarista de algunos medios, que reclamaban un segundo Perejil en Somalia. Demasiada testiculitis.
Y, para rematar, hablando de militarismos, hay que leer en profundidad la última columna de Barreiro Rivas sobre las frivolidades que se han dicho/escrito en relación al nombramiento de Carme Chacón como ministra de Defensa. El Ejército, como apunta el sabio Barreiro, no es una ONG laica. Por mucho que se empeñe ZP. Y ver a la ministra pasando revista, durante sus viajes, a la colección de metralletas que le muestran los oficiales, nos invita a recordar una obviedad: ese armamento está fabricado para matar. A lo mejor no es tan guay ser ministro de Defensa.

No hay comentarios: