Merece la pena echar un vistazo a su discurso de investidura, en el que hay una serie de propuestas que todavía hoy en día, 27 años después de aquel febrero golpista, tendrían que estudiarse con sosiego.
Claro que, como dice el amigo, y sin embargo compañero, Félix Soria, satanizar es más cómodo que analizar y dudar. Por cierto, hay que echar un ojo a su post sobre el afán militarista de algunos medios, que reclamaban un segundo Perejil en Somalia. Demasiada testiculitis.
Y, para rematar, hablando de militarismos, hay que leer en profundidad la última columna de Barreiro Rivas sobre las frivolidades que se han dicho/escrito en relación al nombramiento de Carme Chacón como ministra de Defensa. El Ejército, como apunta el sabio Barreiro, no es una ONG laica. Por mucho que se empeñe ZP. Y ver a la ministra pasando revista, durante sus viajes, a la colección de metralletas que le muestran los oficiales, nos invita a recordar una obviedad: ese armamento está fabricado para matar. A lo mejor no es tan guay ser ministro de Defensa.
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