martes, 29 de abril de 2008

Periodistas demasiado curiosos

El caos informativo desatado por el Ministerio de Sanidad y Consumo con el caso del aceite de girasol nos ha dejado auténticas perlas para la reflexión. Soria y sus subordinados han escrito en unos días una completa tesis de cómo no se deben hacer las cosas a la hora de informar a los ciudadanos, particularmente cuando lo que está en juego son dos cuestiones de una delicadeza extrema: la salud pública y la confianza de los consumidores en el mercado.
Pero la auténtica joya de la corona de este desastre informativo nos la ha regalado el presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, Félix Lobo, que se atrevió a espetar en plena rueda de prensa: "No estamos aquí para satisfacer la curiosidad de los periodistas".
Alucinante. Este sujeto, que preside un "organismo autónomo adscrito al Ministerio de Sanidad", es decir, que cobra su sueldo de nuestros impuestos, considera que los periodistas somos demasiado curiosos. Olvida Lobo que los periodistas cuando preguntamos sólo hacemos de intermediarios entre las fuentes (en este caso de escasa o nula utilidad) y los ciudadanos, sí, esos mismos contribuyentes que le abonan cada mes el sueldo al presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria.
Porque al menos nosotros, los periodistas, sí tenemos claro que nos debemos a quien paga para que hagamos nuestro trabajo. Que son los ciudadanos de a pie.

jueves, 24 de abril de 2008

Gelman

Enorme, el argentino Juan Gelman en su discurso de recepción del Premio Cervantes. Todo el peso de sus palabras en una frase descomunal, abrumadora: "En estos tiempos mezquinos [...] ahí está la poesía: de pie contra la muerte". Nada que añadir. Cuando un gigante habla hay que guardar silencio.

miércoles, 23 de abril de 2008

Tinky Winky gana la partida

Fue uno de los grandes delirios de los últimos tiempos. En Polonia se investigó oficialmente la supuesta homosexualidad de Tinky Winky, el teletubby violeta, para analizar si su presunto amaneramiento podía trastornar a los pequeños espectadores y conducirlos sin remedio por la senda del pecado. Había que poner manos a la obra, porque si Tinky era o no gay era una cuestión de Estado, uno de los grandes problemas a los que se enfrentaba el país. Para qué demonios iba uno a enredarse con la convergencia con la Unión Europea y otras chorradas si había temas urgentes sobre la mesa del Gobierno: ¿Perdía o no perdía aceite Tinky?
Ha pasado el tiempo. Y la responsable de aquel disparate acaba de presentar su dimisión. Toda una victoria para el vapuleado Tinky Winky, que podrá seguir paseándose con su bolsito (el oscuro objeto del deseo que desató las acusaciones de sodomía) por Teletubilandia. Bien por Tinky.

martes, 22 de abril de 2008

Palabras mortales

Las almas cándidas acostumbran a manejar sentencias como "el pensamiento no delinque" o "las palabras no matan". Un viejo republicano solía refutar estas tesis recordando que hay al menos tres palabras de las que existe constancia cierta de su poder de aniquilación: "Carguen, apunten, fuego".
Pero, más allá de la orden que habitualmente imparte el oficial al batallón de fusilamiento, hay muchas otras palabras capaces de cargarse a la gente. Sólo hay que echar un vistazo a ese infumable libro titulado Mi lucha, de un tal Adolfo Hitler, que sirvió de excusa inicial al exterminio de los judíos. O releer las sentencias de muerte que firmaba Franco mientras, como decía el gran Umbral, se tomaba un soconusco. Por no hablar de la palabrería con la que Stalin y sus colegas enterraron en Siberia a media Rusia.
Nos enteramos ahora de que un problema con los teclados de los teléfonos móviles ha provocado en Turquía un galimatías de tal calibre que concluyó con el asesinato de una joven y el posterior suicidio de su ex pareja. Y es que en turco, un simple punto sobre una i puede transformar la expresión "cuando te quedas sin argumentos" en "cuando te follan". Nada menos. Y así ocurrió en un mensaje que un hombre envió por móvil a su ex. El tipo quería criticar la carencia de argumentos de su antigua pareja y, al faltar la letra adecuada en el teclado del teléfono, aludió sin pretenderlo a su agitada vida sexual. La familia de la chica, airada, arremetió contra el ex yerno, que en la trifulca liquidó a su ex mujer. El joven, arrepentido, posteriormente se suicidó en prisión. Todo por un punto sobre la i.
Hay palabras que las carga el diablo.

lunes, 21 de abril de 2008

Con Sant Jordi llega "Acción de gracias"

Llegó el Sant Jordi y, por fin, la editorial barcelonesa Anagrama se ha decidido a publicar Acción de gracias, traducción al español de The Lay of the Land, tercer volumen de la trilogía dedicada a Frank Bascombe por el escritor norteamericano Richard Ford. Herralde podrá así sacar pecho y presentarse con una novedad de lujo en las tradicionales paradas de las Ramblas. Ford es un autor de culto que da mucho lustre al catálogo de Anagrama, sello que después de quebrar en su día muchas barreras mentales ahora recibe acusaciones de ser demasiado comercial desde las firmas independientes. Y digo yo, si Anagrama es comercial, ¿qué diremos entonces de Planeta, Alfaguara y demás paquebotes del mundo editorial? Hace algún tiempo ya le dediqué un farrapo a la novela de Ford y, unos meses antes, una página en La Voz de Galicia, así que no insisto más en el tema, que luego me dicen que siempre doy la turra al personal con las mismas historias. Sólo apunto que Richard Ford amplía aquí la receta ya empleada en los dos primeros tomos de la trilogía: El periodista deportivo y El Día de la Independencia. Prosa luminosa, que a veces hace un auténtico alarde del arte de la lentitud. Literatura morosa, en fin, para degustar con tiempo y sosiego. A disfrutarla.

domingo, 20 de abril de 2008

La culpa es de Pablo Carbonell


Ahora que Esperanza Aguirre, hasta hace poco conocida como Espe, amenaza con convertirse en una especie de Lady Macbeth del PP, conviene recordar que el relativo éxito de su carrera política hay que atribuírselo en buena medida a dos personajes. Primero, Rafael Simancas, que con su legendaria torpeza política consiguió que dos tránsfugas le impidiesen primero formar gobierno en la comunidad de Madrid y, segundo, ganar las consiguientes elecciones autonómicas frente a una bisoña Espe. Simancas la elevó al altar madrileño y su proximidad (por decirlo suavemente) a Jimenez Losantos (con perdón) y Pedro J. Ramírez (también con perdón) hizo el resto. Ahora le llaman la lideresa y a ver cómo se las gasta el ingenuo Rajoy, que toda su vida ha sido un vice y que parece que no tiene mimbres para pasar de vice, para zafarse de esta Lady Macbeth de andar por casa.

Pero el gran culpable, el tipo al que realmente tenemos que darle las gracias por haber encumbrado a Espe a la cima mediática es Pablo Carbonell, que en su caótica etapa en Caiga quien Caiga la convirtió en un icono (de la inteligencia breve, sí, pero icono al fin y al cabo) televisivo. Pablito, Pablito, majete, estabas más guapo callado o cantando tus cancioncitas del agüita amarilla y demás chorradas de Toreros Muertos.

Porque tú, Pablito, creaste el monstruo y ahora lo tenemos que aguantar todos. Muy gracioso, hombre, muy gracioso.

sábado, 19 de abril de 2008

Lo más y lo menos visto

Varios días después de su publicación en los medios digitales (en papel cuesta más sacar a la luz estas cosas), la necrológica de Chema, el panadero de Barrio Sésamo, sigue aupada entre las más vistas de los diarios en Internet. En el caso de La Voz de Galicia está hoy en el tercer puesto del ránking de asuntos más vistos/leídos. Es un buen indicador de que el éxito de la Red, y particularmente de los blogs, está en dar cancha a esos pequeños asuntos de los que no se ocupan los grandes trasatlánticos de la información, poco dados a navegar en aguas de escaso calado. Lo minúsculo ha encontrado un filón en la web y por ahí se deslizan los fragmentados (más que fragmentados, atomizados) intereses de los lectores.

miércoles, 16 de abril de 2008

¿La culpa es de los genes?

Ahora la culpa va a ser de los genes. Según un investigador israelí, algunos de los tiranos más crueles de la historia, entre los que se cuentan Hitler y Stalin, tendrían en común alguna característica genética que los haría particularmente egoístas, hasta el extremo de carecer por completo de escrúpulos a la hora de maltratar e incluso exterminar a otros seres humanos. Partiendo de mi absoluta ignorancia sobre la especialidad genética, lo que desprenden en general este tipo de informaciones es, más que una explicación de unos hechos históricos concretos, una cierta de vía de escape para justificar de forma seudocientífica unos acontecimientos que, en realidad, sólo respondieron a la voluntad de aniquilación de estos dictadores.
Vale que Hitler, Pol Pot, Pinochet, Stalin y toda la banda estaban averiados de la mollera. Correcto. Pero de ahí a decir que su destino como tiranos estaba predeterminado por la estructura de sus genes...
Uno cree, seguro que ingenuamente, que al margen de lo que esté escrito en nuestro ADN está nuestra libertad individual para elegir si queremos dedicarnos a la horticultura (aunque no estemos especialmente capacitados para ello) o a exterminar judíos (para lo que, además de la indudable vocación genocida que tenía Hitler, se necesita tener a mano un país o dos dispuestos a seguirle el juego).
¿Por qué echarle entonces la culpa de todo a los genes?

martes, 15 de abril de 2008

Chema, el panadero

Ha muerto Juan Ramón Sánchez, más conocido por su papel de Chema, el panadero de Barrio de Sésamo, el colega de Espinete y Don Pimpón. Nos enteramos por una cuidada necrológica en la prensa de hoy. Es un ejemplo de cómo el periodismo a veces puede rebuscar en el revoltijo del día a día y sacar alguna historia singular, que se escape del eterno coñazo de los políticos y sus declaraciones cruzadas. Más vida de a pie y menos palabrerías de Rajoy, Gallardón y Aguirre, que dan más la turra que Espinete, Don Pimpón y el Monstruo de las Galletas juntos.

lunes, 14 de abril de 2008

Inicios de novela (4): Münchhausen

Ya sólo el título completo de esta novela es memorable: Viajes prodigiosos por tierras y mares, campañas y aventuras festivas del Barón de Münchhausen, tal como él suele contarlas en su tertulia junto a una botella. Son, en fin, Las aventuras del Münchhausen, en la versión alemana de Gottfried August Bürger, que en España podemos degustar en la preciosa edición de Alianza (traducción y prólogo del gran Miguel Sáenz, que ha mimado con su prosa lo mejor de la literatura alemana, e ilustraciones del personal e intransferible Gustavo Doré).

Aquí va el formidable inicio de los relatos. Una delicia:

"Emprendí mi viaje a Rusia a mediados de invierno, porque supuse con razón que, a fin de cuentas, las heladas y nieves mejorarían los caminos de las regiones septentrionales de Alemania, Polonia, Curlandia y Livonia -los cuales, según la descripción de todos los viajeros, son más deplorables aún que los que conducen al templo de la virtud- sin gastos extraordinarios para los gloriosos y benefactores gobiernos de esos Estados. Viajaba a caballo, lo que, cuando jamelgo y jinete sno buenos, es la forma más cómoda de viajar. Así no se corre el peligro de tener un affaire d'honneur con algún cortés funcionario de correos alemán, ni de verse arrastrado de taberna en taberna por un postillón sediento. Iba vestido sólo ligeramente, lo que encontré bastante molesto a medida que avanzaba hacia el nordeste".

domingo, 13 de abril de 2008

Cuidado con los hombres grises


Al menos en lo que se refiere a la política vivimos tiempos de hombres grises, segundones sin chispa ni grandes ocurrencias que, por diversas circunstancias, se han alzado a puestos hasta hace poco reservados a gentes que, con independencia de lo acertado de sus ideas políticas, gastaban un cierto carisma. Un poco de estilo, vaya. Lo que los gabachos llaman grandeur.

En el Reino Unido, por ejemplo, tenemos a Gordon Brown en lugar de Tony Blair. En Estados Unidos a George W. Bush en lugar de Bill Clinton. En el ruedo ibérico, los blanditos Zapatero y Rajoy han sustituido a dos bestias políticas como González y Aznar. No digamos ya los portavoces, Soraya y Alonso, que son como una broma en la historia del parlamentarismo español, que ha visto pasar por sus escaños el ingenio y la mala leche, por poner sólo dos ejemplos, de un Alfonso Guerra o un Álvarez Cascos. En Cataluña la cosa es más heavy. Allí han pasado del dinosaurio Pujol al sosainas Montilla, el hombre gris y funcionarial por antonomasia. La definición con patas del gris.

En aquella deliciosa novela que Michael Ende tituló Momo la principal amenaza para el planeta eran precisamente los hombres grises. ¿Será el XXI el siglo gris?

viernes, 11 de abril de 2008

Datos cruzados


En la prensa se han cruzado (sin encontrarse) en los últimos días dos datos curiosos. Se trata de las facturaciones anuales del sector del libro y del audiovisual (que engloba videojuegos, cine y música). En el mundo de la imagen y el sonido el volumen de negocio en el 2007 fue de más de 2.700 millones de euros, cifra de vértigo en la que las consolas y derivados ya tienen un peso de más del 50%. Es decir, los juegos virtuales ya mueven más pasta que el cine y la música juntos. Sospechamos que, además del auge de las consolas, detrás del número se esconde también una evidencia: el pirateo arrasa en el universo de las películas y la música, pero todavía no ha doblegado a los poderosos productores de videojuegos.
Al tiempo. Porque la tendencia (en todo) es clara. El público quiere obtener gratis (o muy barato) todo lo que pueda. Y si para ello tiene que renunciar a un poco de calidad, tampoco se traumatiza. Así han triunfado algunos colosos de la comunicación, la industria del mueble e incluso de la glamurosa moda. Y esto, como aquellos límites que estudiábamos en las pizarras de la infancia, tiende al infinito. El que no lo pueda ver (o no sepa, o no quiera), que se apee, porque esta es su parada y el bus sigue su marcha.
El otro guarismo publicado (según el Anuario de Literatura Infantil y Juvenil de SM) se refiere a la facturación del sector del libro, que en España movió el año pasado más de 3.000 millones de euros. Sí. 3.000, 300 más que el pujante conglomerado audiovisual. La letra impresa (aunque sea la “impresa” sobre una pantalla) todavía tiene algo que decir en nuestro zarandeado mundo, a pesar de lo que apuntan los profetas del apocalipsis. Lo que ocurre es que, como decía el otro, algunas empresas de ferrocarriles se fueron a la quiebra porque no supieron ver que su negocio no era estrictamente el de los trenes, con un margen limitado para crecer, sino el del transporte, que tiene un futuro ilimitado. Igual el libro no es exactamente el negocio del texto sobre papel, sino el infinito negocio de la palabra, que parece inagotable.

jueves, 10 de abril de 2008

El lío de la antorcha


La antorcha olímpica (tradición que, por cierto, se remonta a los infames Juegos Olímpicos de Berlín 1936) sigue en su polémica ruta por el mundo, un itinerario en el que los dirigentes comunistas chinos se están encontrando con una inesperada contestación popular por su actuación en la región del Tíbet. Curioso.

Curioso, por ejemplo, que el del Tíbet sea el único problema reseñable en la dictadura más longeva y grande (1.200 millones de personas bajo su bota militar) del planeta. ¿Por qué ningún Gobierno occidental se planteó boicotear los Juegos por el absoluto desprecio del Estado chino a los derechos humanos de sus ciudadanos? ¿Será por las imprescindibles relaciones comerciales entre el gigante asiático y todos y cada uno de los países del mundo supuestamente civilizado?

¿Por qué hay polémica -cuando la hay, claro, otros callan y se limitan a cobrar- cuando a alguien se le ocurre viajar a Cuba y nadie dice nada de las frecuentes misiones comerciales a China?

¿Por qué ningún intelectual protesta cuando, durante sus viajes por Europa o Estados Unidos, a los dirigentes chinos se les tienden mullidas alfombras rojas a su paso? ¿Es que nadie se acuerda ya de los tres mil muertos que el Ejército chino se cobró en 1989 en la plaza de Tiananmen?

Por cierto, tiene gracia que sigamos hablando de boicot a Pekín 2008 cuando el régimen más despreciable de la historia de la humanidad (el nazi, claro) pudo celebrar a sus anchas los Juegos Olímpicos de 1936.

martes, 8 de abril de 2008

Los profetas del pasado

Seguimos con Ortega, que es en sí mismo un mundo (y, encima, casi inexplorado). Decía Ortega, en lo que constituía en cierta forma una sutil autocrítica de su propia labor, que los historiadores son los “profetas del pasado”, ya que su tarea consiste en esencia en desvelar hechos ya ocurridos y, sobre todo, en interpretar esos sucesos para profetizar el pasado e iluminarlo con sus análisis y su puesta en contexto.
La expresión viene al pelo para alumbrar la tormenta de ideas con la que estos días nos aturden los expertos en economía, que con la crisis ya llegando al cuello de los ciudadanos de a pie en general se permiten el lujo de anunciarnos que, en efecto, la crisis ya está aquí y tendrá severos efectos sobre el empleo. Con estos economistas, profetas del pasado, para qué necesitamos augures. Será mejor abrir las entrañas de las bestias, como hace dos mil años, para saber lo que nos depara el porvenir.

lunes, 7 de abril de 2008

Charlton Heston y los lugarcomunistas

Ortega, ese tipo del poco o casi nada se ha aprendido en la España de OT y demás zarandajas televisivas, arremetía con frecuencia contra el lugarcomunismo, que era como llamaba con ironía a ese empeño por retratar cualquier realidad, por compleja que esta fuera, con una batería de tópicos, sambenitos, etiquetas, obviedades y, en suma, lugares comunes. Cuando un gigante como Charlton Heston se muere lo fácil, claro, es despacharlo con un par de topicazos: un facha agarrado a un fusil, el coñazo de Moisés en Los diez mandamientos y listo. Para qué vamos a exprimir más la mollera, con el trabajo que cuesta. Aparecieron, por supuesto los lugarcomunistas, los que no saben que un año antes de encarnar a Judá Ben-Hur (1959), papel por que obtuvo su único Oscar, Heston se jugó los cuartos y el prestigio convenciendo a los gurús de la Paramount para que financiasen una obra maestra del celuloide de todos los tiempos: Sed de mal. A esas alturas los productores no querían poner un duro en los largometrajes del gran Orson Welles, cuyos rodajes se perpetuaban, disparando los presupuestos, y cuyos montajes eran ya una leyenda en Hollywood por las eternas disputas de Welles con los tipos que se gastaban el parné. Heston se la jugó y convenció a los turras del parné. Incluso se atrevió a protagonizar la cinta, en el papel del policía mexicano Mike Vargas, junto al orondo Welles. Otro tanto hizo más tarde con Sam Peckinpah. Pero ninguna de estas sutilezas apareció en las necrológicas de los lugarcomunistas, que lo tenían fácil con los topicazos. Para qué se van a gastar las neuronas si podemos agarrarnos a un rifle.