viernes, 9 de mayo de 2008

Volvamos a Julio Cortázar y al maestro Joaquín Soler Serrano, que entrevistó al argentino para la TVE de los setenta (sí, la misma TVE que ahora nos fustiga con Mira quién baila o como demonios se llame ese bodrio). En esta primera entrega (habrá más, que no cunda la impaciencia) el brujo Cortázar nos habla de su obra maestra, Rayuela.

Escuchar a entrevistador y entrevistado nos hace olvidar, por un momento, que en este 2008 de marras tenemos que conformarnos (por un usar un verbo suave) con los Ruiz-Zafón, Pérez-Reverte, Dan Brown y demás escribanos que confunden la escritura con la facturación. También es cierto que podemos leer a Vila-Matas o al añorado Bolaño.

Pero los zascandiles, los bordes, los que se creen lo gurús de la sociedad, son los que triunfan en este país a veces desquiciante en el que, al revés de lo que nos enseñaron en aquel Catecismo de la infancia, se premia a los malos y se castiga a los buenos.

Lo dicho, va a hablar el brujo Cortázar y conviene guardar silencio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Piense que también puede leer a Perec, por ejemplo En fin. Un saludo y no desanime.
Estoy en todo (a veces)

V-M

Luis Pousa dijo...

En efecto, V-M, todavía nos queda algún madero a la deriva al que aferrarnos:
"Yacía vestido encima de la cama, plácido e hinchado, con las manos cruzadas en el pecho. Una gran tela cuadrada de más de dos metros de lado estaba arrimada junto a la ventana, reduciendo a la mitad el escaso espacio de la habitación de servicio en que había pasado la mayor parte de su vida. La tela estaba prácticamente intacta: algunas líneas al carboncillo, cuidadosamente trazadas, la dividían en cuandrados rectangulares, esbozo de la sección de una casa que ninguna figura vendría ya a ocupar"
George Pérec
La vida instrucciones de uso